En este artículo vamos a abordar la segunda parte del documento elaborado por el Fuero médico creado por la European Federation of Internal Medicine, el American College of Physicians-American Society y el American Board of Internal Medicine. En el artículo anterior abordamos los principios fundamentales que estos organimos definían para la profesión médica del nuevo milenio, esos principios en los que se debían construir el nuevo contrato social entre la profesión médica y los ciudadanos.
En este segundo artículo vamos a abordar las cinco primeras responsabilidades o compromisos que el fuero médico define para la profesión. Las responsabilidades profesionales son las siguientes:
a) Compromiso de competencia profesional.
b) Compromiso de honestidad con los pacientes.
c) Compromiso de la confidencialidad del paciente
d) Compromios de mantener una relación apropiada con los pacientes
e) Compromiso con la mejora de la calida de la atención
f) Compromiso de mejora de acceso a la atención médica
g) Compromiso para una justa distribuicón de los recursos finitos
h) Compromiso con el conocimiento científico
i) Compromiso de mantener la confianza mediante resolución de los conflictos de interés.
j) Compromiso de responsabilidades profesionales.
Compromiso de competencia profesional:
Los médicos tienen la responsabilidad de seguir acrecentando sus conocimientos a lo largo de toda la vida y de mantener los conocimientos médicos y las actitudes médicas y de equipo necesarias para la prestación de una atención de calidad. De manera más general, la profesión en conjunto debe esforzarse en garantizar que todos sus miembros sean competentes y asegurar que los médicos disponen de los mecanismos apropiados para lograr ese objetivo.
Compromiso de honestidad con los pacientes:
Los médicos deben asegurar que los pacientes reciban una información completa y honesta antes de que otorguen su consentimiento al tratamiento y una vez que ésta ha tenido lugar. Ello no significa que los pacientes deban verse involucrados en cada una de las pequeñas decisiones sobre la atención médica, sino que debe facultárseles para que puedan decidir sobre el curso del tratamiento. Los médicos deben reconocer también que en la atención sanitaria se producen en ocasiones errores médicos que dañan a los pacientes. Siempre que un paciente sufra un daño como consecuencia de su atención médica debe informársele prontamente porque el no hacerlo así lesiona gravemente la confianza del paciente y de la sociedad. La comunicación y el análisis de los errores médicos permiten oportunamente la prevención y la mejora de las estrategias, así como que pueda tener lugar la comprensión pertinente a la parte dañada.
Compromiso de la confidencialidad del paciente:
Ganar la confianza y el respeto de los pacientes requiere que se apliquen unas salvaguardas de confidencialidad adecuadas a la revelación de la información relacionada con el paciente. Esta responsabilidad se extiende a la discusión con las personas que actúan en representación del paciente cuando no sea posible la obtención del consentimiento por el propio paciente. El cumplimiento de la responsabilidad de confidencialidad es hoy más ineludible que nunca, dada la generalización del uso de sistemas electrónicos de información para la recogida de los datos de los pacientes, y la cada vez mayor disponibilidad de información genética. No obstante, los médicos también admiten que su responsabilidad con la confidencialidad de los pacientes puede requerir en ocasiones su derogación por razones de interés público.
Compromiso de mantener una relación apropiada con los pacientes:
Dadas la vulnerabilidad y dependencia inherentes de los pacientes, deben evitarse ciertas relaciones entre médicos y pacientes. En especial los médicos nunca deben aprovecharse de los pacientes en cuanto a fines de carácter sexual, personal, económico o privado de cualquier otro tipo.
Compromiso con la mejora de la calidad de la atención:
Los médicos deben consagrarse a la mejora continua de la calidad de la atención sanitaria. Esta responsabilidad no sólo conlleva mantener la competencia clínica, sino también trabajar conjuntamente con otros profesionales para reducir el error médico, incrementar la seguridad de los pacientes, minimizar el uso excesivo de los recursos sanitarios y optimizar el resultado de la atención médica. Los médicos deben participar de manera activa en el desarrollo de unas mejores medidas de calidad de la atención y en la aplicación de dichas medidas de calidad a la evaluación habitual del comportamiento de todos los individuos, instituciones y sistemas responsables de la atención sanitaria. Los médicos, tanto desde el punto de vista individual como a través de sus asociaciones profesionales deben tomar la responsabilidad de ayudar a la creación y puesta en práctica de mecanismos concebidos para estimular una mejoría contínua de la calidad de la atención sanitaria.
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