Artículo publicado en el diario "El País" del domingo 27 de mayo de 2012 que nos acerca ligeramente a lo que representa el negocio de la salud, sólo en un aspecto relacionado con los fármacos y con la investigación en medicamentos. La salud es, o se ha convertido, en un negocio en muchos otros aspectos que no aborda este artículo.
El excesivo precio de los fármacos que hace que sean accesibles solo a los ciudadanos de países ricos, independientemente de las verdaderas necesidades de salud existentes... la financiación de la investigación en fármacos... controlada absolutamente por la industria y que, por tanto, responde a intereses comerciales, y no a necesidades de salud.
La priorización en los temas a investigar.. priorizando buscar solución a la alopecia androgénica frente a buscar tratamientos eficaces para enfermedades tropicales que matan a miles de personas cada año... simplemente porque de los primeros van a obtener grandes beneficios y con los segundos no.
Las pocas innovaciones que se introducen en el mercado que sean relevantes.. sino que son variaciones de la misma molécula.. que habitualmente no aportan ninguna mejoría sobre tratamientso previos pero si que prolongan el período de grandes beneficios...
El sistema de patentes y lo que conlleva de secretismo a la hora de transmitir el conocimiento, para lograr el monopolio durante unos años del fármaco y poner un precio exagerado al mismo...el argumento utilizado para justificar.. quizás lo injustificable.. es que es muy costoso la investigación y que deben amortizarla.. pero la industria farmacéutica es la más importante en el mundo... mal no debe ir el tema económico...
El tema de las patentes se enlaza con los genéricos directamente... cuando pasa el período de patente... la compañia que desarrollo la molécula pierde el monopolio y otras casas comerciales pueden producir ese fármaco.. ese mismo fármaco... con las mismas características.... pero han conseguido introducir la duda en los ciudadanos sobre si esos fármacos genéricos son peores que los originales... Esta estrategia comercial pone en jaque la sostenibilidad del sistema público de salud, penaliza las economías familiares... simplemente para ganar obtener más beneficios.. independientemente que lo que se transmita sea falso y éticamente reprobable ya que atenta contra la equidad en la atención, y empobrece la asistencia que se podría prestar a los ciudadanos, al dedicar recursos a enriquecer multinacionales en lugar de incrementar prestaciones o destinar recursos a personas vulnerables.
Otros aspectos que deben tender a la progresiva extinción es la participación preponderante de las industria en la formación de los profesionales y la existencia de incentivos para la prescripción (es cierto que se han ido desarrollando códigos de comportamiento ético por parte de la industria donde se regulan esos incentivos).. perto también es cierto que esos códigos funcionan en países occidentales (y no completamente) y muy poco en países pobres...
Si todo ello lo unimos con ensayos clínicos realizados sin ninguna garantía para los participantes, desarrollados en países pobres que no tienen mecanismos de control... parece que la posibilidad que el ámbito público tenga una mayor participación en la investigación de fármacos y un control real sobre la comercialización de los mismos se conforma como una necesidad para este mundo globalizado y deshumanizado... quizás al igual que hay edificios históricos que son patrimonio de la humanidad.. algunos de los avances de la ciencia se deberían contemplar como patrimonio de la humanidad...
Es curioso como siempre a la solidaridad y la justicia social se antepone el egoísmo... y lo que a veces se llama pragmatismo..cuando se reclama que los derechos de los que algunos disfrutamos se generalicen.. siempre la respuesta es.. para todos no hay.. ¿a qué estas dispuesto a renunciar?.. y es una pregunta relevante... ¿especulación y enriquecimiento rápido? ¿consumismo de bienes de lujo? ¿salud y vida? .... ¿elegimos que unas personas sean explotadas y mueran y nosotros consumamos productos de lujo? ¿Existe la alternativa? Desde la bioética.. no.
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