En la Mostra de Venecia de este año (2012), Marco Bellochio ha presentado la película titulada "Bella Addormentata" la cual ha desatado el debate sobre la eutanasia en Italia. La película trata de un caso real, el caso de Eluana Englaro que sacudió las conciencias de nuestros vecinos hace unos pocos años. La película ha sido estrenada el 6 de septiembre de 2012 en Italia.
Eluana Englaro es una mujer de 38 años que paso 17 años en coma tras sufrir un accidente de tráfico. El padre de Eluana comenzó un largo proceso judicial para lograr suprimir la alimentación artificial, intentando cumplir con el deseo expresado por su hija en vida.
El caso fue llevado a la corte y la petición del padre fue rechazada en diciembre de 1999 por la Corte de Apelaciones de Milán, y en abril de 2005 por la Corte de Casación. Una petición de nuevo juicio fue concedida por la misma corte el 16 de octubre de 2007, esto generó una fuerte oposición por parte del Vaticano. En Julio de 2008, la Corte de Apelaciones de Milán sentenció que el padre tenía permiso para interrumpir el suministro de alimentos y líquidos.
Desde 1994 Eluana había estado al cuidado de las Hermanas de la Misericordia, en la clínica Beato Luigi Talamoni (Lecco). El padre decidió cambiarla a otro hospital para poder hacer efectiva la sentencia. El padre quiso llegar al final del proceso judicial antes de suspender el tratamiento de su hija. El 13 de noviembre de 2008, la Corte Suprema de Italia concedió al padre el derecho a desconectarla de las máquinas que le permiten seguir con vida. El gobierno de Italia y la Iglesia Católica mostraron una fuerte oposición a esta sentencia. El Cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, expresó que "Eluana está en estado vegetativo, pero no es un vegetal. Es una persona que está durmiendo. La persona, incluso en su estado, mantiene toda su dignidad. La persona es valiosa en sí misma, no por cuanto ella consume o produce, o por el placer o satisfacción que puede dar a otros".
En febrero de 2009 fue llevada a un hospital privado de Udine, donde un equipo médico (constituido sólo por voluntarios) la asistiría mientras permaneciese en él.
El 6 de febrero de 2009, Silvio Berlusconi redactó un decreto que pretendía obligar a continuar con el tratamiento de Eluana, pero el presidente de la república, Giorgio Napolitano, rehusó firmarlo, impidiendo que entrase en vigor.
Eluana falleció el 9 de febrero de 2009.
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